
COVID-19
¿Qué es el COVID 19?
De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS), los coronavirus son una amplia familia de virus que pueden causar diferentes afecciones, desde el resfriado común hasta enfermedades más graves, como el síndrome respiratorio de Oriente Medio (MERS-CoV) y el síndrome respiratorio agudo severo (SRAS-CoV).
El coronavirus descubierto recientemente causa la enfermedad infecciosa por coronavirus COVID-19. Ambos fueron detectados luego del brote que se dio en Wuhan (China) en diciembre de 2019.
El cansancio, la fiebre y la tos seca son los síntomas más comunes de la COVID-19; sin embargo, algunos pacientes pueden presentar congestión nasal, dolores, rinorrea, dolor de garganta o diarrea.
Aunque la mayoría de los pacientes (alrededor del 80%) se recupera de la enfermedad sin necesidad de realizar ningún tratamiento especial, alrededor de una de cada seis personas que contraen la COVID-19 desarrolla una afección grave y presenta dificultad para respirar.
Para protegerse y evitar la propagación de la enfermedad, la OMS recomienda lavarse las manos con agua y jabón o utilizando un desinfectante a base de alcohol que mata los virus que pueden haber en las manos.
Además, se debe mantener una distancia mínima de un metro frente a cualquier persona que estornude o tose, pues si se está demasiado cerca, se puede respirar las gotículas que albergan el virus de la COVID-19.
Las dudas sobre el surgimiento del coronavirus dejaron lugar en las últimas semanas a teorías conspirativas de todo tipo.
Aunque la información abunda, lo que se sabe hasta ahora es que los primeros casos se detectaron en diciembre en personas que habían estado en un mercado de pescado y mariscos de Wuhan, donde también se vendían animales salvajes de forma ilegal.
Como otros coronavirus, el 2019-nCoV es un virus procedente de otra especie que ha adquirido la capacidad de infectar a personas.
La especie de la que proviene aún no se ha identificado,sin embargo las fake news se multiplican.
Acá, un repaso de las ideas más desopilantes y sin rigor científico sobre esta enfermedad. (Fuente www.perfil.com).
Es un arma biológica extranjera

Es la más difundida de las ideas conspirativas.
Aunque no existe ningún tipo de evidencia, así lo afirmó también el creador de Ley contra el terrorismo y armas biológicas de 1989, Francis Boyle, quien aseguró que “el coronavirus es un arma ofensiva de guerra biológica".
El especialista en la ley internacional de la Universidad de Illinois, aseguró durante una entrevista con el medio Geopolitics and Empire que "la Organización Mundial de Salud (OMS) sabe perfectamente qué es lo que está pasando en Wuhan". (Fuente www.perfil.com).
Fue fabricado por un laboratorio de armas chino

En la misma línea que Boyle, el senador republicano de Arkansas Tom Cotton dijo en febrero a través de diversos canales que el virus podría haberse originado en un laboratorio de bioseguridad de Wuhan, una hipótesis refutada tajantemente por los científicos.
Según argumentan los que adhieren a esta poco certera idea, en Wuhan está funcionando uno de los más sofisticados laboratorios biológicos del máximo nivel de bioseguridad 4, Wuhan BSL-4, perteneciente al Instituto de Virología de Wuhan, que experimenta con agentes biológicos que representan un alto riesgo individual de contagio.
El laboratorio de Wuhan se convirtió con el tiempo en un lugar preferido de los virólogos de todo el mundo y en especial, de EEUU, Canadá y el Reino Unido. (Fuente www.perfil.com).

Según consignó el sitio de noticias ruso Sputnik, el hecho de que virólogos del Pentágono y sus colegas de Canadá, Reino Unido, Japón, Alemania estaban haciendo sus estudios respecto a los coronavirus en ese laboratorio abriría la presunta posibilidad de la filtración deliberada del 2019-nCoV "ya manipulado por la mano de científicos, teniendo en cuenta la historia del uso de virus por EEUU como armas biológicas o por un descuido de los virólogos chinos". (Fuente www.perfil.com).
Es un “supervirus pulmonar” creado a partir de “murciélagos y ratas”

Así lo afirmó Matteo Salvini, líder de la Liga, el partido italiano que está en contra de los migrantes, al compartir un video difundido en las redes en el que científicos afirman que China había creado un “súpervirus pulmonar” a partir de “murciélagos y ratas”.
Las imágenes, en realidad, eran de un programa de divulgación científica emitido en noviembre de 2015 por la RAI.
En el reportaje, firmado por Maurizio Menicucci, se afirmaba que “un grupo de investigadores chinos injertó una proteína de superficie tomada de murciélagos en un virus que causa Sars derivado de ratones", creando "un supervirus que podría afectar a los humanos".
El propio director de la RAI, Alessandro Casarin, confirmó que el reportaje del 16 de noviembre de 2015 se hizo “a partir de la publicación de Nature", pero que "hace solo unos días la revista aclaró que el virus mencionado en el vídeo, creado en el laboratorio, no tiene nada que ver con el virus natural actual Covid-19”. (Fuente www.perfil.com).
Es un complot para reconfigurar la población mundial

En las redes sociales y foros comenzaron en las últimas semanas a surgir teorías en las que muchos usuarios se preguntan si el coronavirus se trataba de un plan para reducir la población a nivel mundial.
Quien se atrevió a poner en palabras este pensamiento fue la actriz y cantante mexicana Paty Navidad.
En su cuenta de Twitter dio rienda suelta a su teoría.
“El CoronaVirus es un virus creado por las farmacéuticas como parte del plan de la élite oscura, método de control masivo y reducción de la población ‘Plan Kalergi’, una de las formas de genocidio es crear epidemias, desastres “naturales” y exterminar gran parte de la humanidad”, expresó sin fundamentos. (Fuente www.perfil.com).
Fue planeado por Bill Gates para beneficio de las farmacéuticas

Esta idea se basa en un video de 2015, en el que el cofundador de Microsoft, Bill Gates, subió a un escenario en la ciudad de Vancouver, Canadá, y vaticinó que sería el próximo gran riesgo de una catástrofe global sería una pandemia causada por un virus altamente infeccioso que se propagaría por todo el mundo y contra el cual no estaríamos listos para luchar.
Ese día, Gates expuso que no había epidemiólogos listos para ir al foco del brote a analizar la enfermedad, su diagnóstico y su propagación.
Según dijo, nadie que mirara qué tratamientos se podían aplicar, qué herramientas usar.
Sin embargo, Bill Gates dio su charla TED en el contexto de la epidemia de ébola que, entre 2014 y 2016, cobró unas 10.000 vidas y afectó principalmente a tres países en África Occidental antes de extenderse limitadamente a otros lugares como Estados Unidos, Italia y España.
A través de la Fundación Bill y Melinda Gates, el multimillonario estuvo vinculado de cerca con el brote de ébola, concentrando su inversión y esfuerzos en desarrollar nuevos diagnósticos, tratamientos y vacunas contra una epidemia que tenía una alarmantemente alta tasa de mortalidad. (Fuente www.perfil.com).
Estados Unidos creó el virus para debilitar la economía china

Semanas atrás, un funcionario chino afirmó que miembros del Ejército estadounidense habían llevado el virus a China.
El régimen comunista, inicialmente acusado de tardar en reaccionar ante la epidemia, contraatacó poco después dando a entender que el coronavirus podría ser de origen extranjero.
"Es posible que haya sido el Ejército estadounidense el que trajo la epidemia a Wuhan", expresó en Twitter uno de los voceros del ministerio de Relaciones Exteriores chino, llamado Zhao Lijian.
El hombre no se basó en ningún estudio científico y solo se limitó a tuitear enlaces a dos artículos del sitio web Global Research, conocido por difundir tesis complotistas.
Por su cuenta, el presidente Nicolás Maduro insinuó también que el virus era un arma biológica estadounidense contra China.
"¡Alerta! que no sea el coronavirus un arma de guerra que se esté utilizando contra la China y ahora contra los pueblos del mundo en general, ¡alerta! Venezuela tiene voz propia para alertar estas cosas", dijo Maduro en alusión a uno de sus principales aliados internacionales.
"Hay muchos análisis en el mundo ya que demuestran que el coronavirus puede ser una cepa creada para la guerra biológica contra China, ya son muchos los elementos y análisis mundial, hay que alzar la voz", sostuvo.
En un mensaje publicado en Twitter en marzo, 2020, el líder del Movimiento Sadrista chiita en Irak Muqtada Al-Sadr también apuntó contra Donald Trump y lo acusó de ser el responsable por la propagación del coronavirus, en especial en los países hostiles a Estados Unidos: "Me sorprendí cuando Trump dijo: ‘Estamos haciendo un gran trabajo en contra del coronavirus y la situación hubiese sido peor si no fuese por nuestra intervención a ello", dijo, y revalcó: "Oh Trump, tú y otros como tú son sospechosos de estar detrás de la propagación de esta enfermedad, en especial porque la mayoría de los que la padecen se oponen a los Estados Unidos". (Fuente www.perfil.com).
Fue creado para probar la tecnología 5G en celulares

Esta desopilante idea fue expuesta por Amir Kahn, el reconocido boxeador inglés, quien sostuvo que que el Covid-19 fue creado para probar la tecnología 5G en celulares.
"No creo que venga de China.
La gente dice que se originó de una sopa de murciélago y serpientes.
¿Creen esas tonterías? Yo no.
¿De verdad creen que el coronavirus no tiene algo que ver con la red 5G?", se preguntó el púgil campeón del mundo en sus redes sociales.
Khan, de 33 años, sostuvo que el Covid-19 fue creado para probar la tecnología 5G en celulares.
"El coronavirus es un invento del hombre para deshacerse de nosotros", completó.
Las declaraciones rápidamente dieron la vuelta al mundo.
El boxeador más joven en ganar una medalla olímpica para Gran Bretaña fundamentó que cada vez que se lanzaron nuevas tecnologías para la comunicación aparecieron nuevos virus.
"En 2003 apareció el SARS con la red 3G.
En 2009, el 4G con la gripe porcina y el 5G con el Covid-19", sentenció. (Fuente www.perfil.com).
Poderes oscuros ordenaron que los enfermos fueran trasladados secretamente en helicóptero a diferentes zonas de Estados Unidos

En Alabama, publicaciones de Facebook afirmaban falsamente que poderes oscuros habían ordenado que los pacientes enfermos fueran llevados secretamente en helicóptero a ese estado.
Según publicó The Washington Post, los residentes de este lugar quedaron desconcertados en las últimas semanas por historias extrañas compartidas a través de mensajes de texto sobre helicópteros que volaban en secreto a pacientes enfermos, que el virus había crecido en un laboratorio chino, que alguien, ya sea los medios de comunicación o el gobierno, les estaba mintiendo sobre lo que estaba sucediendo. (Fuente www.perfil.com).
Hay curas secretas contra el coronavirus

Algunas de las más desopilantes teorías mencionan acciones y objetos sanadores como apagar los dispositivos celulares, comer bananas y hasta consumir aceite de orégano.
"El aceite de orégano demuestra ser eficaz contra el coronavirus”, se dijo en enero con respecto a la enfermedad.
Esta información falsa fue difundida en las redes sociales.
"Esto entusiasmó al público y fue tendencia en las redes sociales a medida que las personas buscan más información", expresó por esos días Renee DiResta, gerente de investigación en el Observatorio de Internet de Stanford, desmintiendo esta información, según consignó el sitio de TN.
Otros llegaron decir que la clave estaba en comer bananas o ajo, y que que las bebidas calientes destruían al virus.
Todas estas afirmaciones fueron tajantemente desmentidas por la ciencia. (Fuente www.perfil.com).
Nació y se propagó a través de la sopa de murciélago

Quienes saben poco del tema dicen que el coronavirus se originó en una sopa de murciélago en China; pero aunque estos animales están implicados en la pandemia no hay pruebas de que la transmisión inicial fuera por vía alimentaria.
Se cree que fue, más bien, por contacto entre animales y humanos.
De hecho, expertos aseveran que el virus saltó de los murciélagos a una especie animal aún no identificada que luego se lo pasó a los humanos.
En la actualidad, muchos apuntan contra el pangolín, un solitario mamífero traficado y una especie en peligro crítico de extinción.
En este sentido, Roberto Chuit, director del Instituto de Investigaciones Epidemiológicas de Argentina, exministro de Salud de Córdoba y experto en epidemiología y salud, habló con PERFIL días atrás sobre los murciélagos, los roedores y el consumo de animales exóticos.
En esa línea, aseguró que los virus del SARS y el COVID-19 "están asociados a murciélagos". (Fuente www.perfil.com).
EVENTO 201
El Evento 201 simuló un brote de un nuevo coronavirus zoonótico transmitido de murciélagos a cerdos y de cerdos a personas. Este sería de fácil contagio entre humanos, por lo que generaría una severa pandemia.
El 18 de octubre de 2019 se realizó el Evento 201 en Nueva York. Se trató de “un ejercicio de pandemia de alto nivel”.
Fue desarrollado por el Centro de Seguridad de la Salud de la Universidad Johns Hopkins (la misma que desarrolla el mapa de muertos y contagiados de coronavirus en tiempo real), el Foro Económico Mundial y la Fundación de Bill y Melinda Gates.
Participaron de este evento personalidades destacadas del mundo de los negocios, de instituciones gubernamentales y representantes del sector salud del mundo.
Los participantes (banqueros, empresarios de alto nivel y responsables de varios organismos financieros mundiales) se reunieron para explorar ideas sobre cómo mitigar los devastadores impactos económicos y sociales mundiales que resultarían de «un brote intercontinental grave y altamente transmisible«.
El ejercicio se construyó alrededor de un virus ficticio, un coronavirus natural (no muy diferente al SARS o MERS) que según el ejercicio, habría surgido de los cerdos, que según el vídeo difundido en internet por los organizadores del evento, sintetiza las campañas oficiales contra el COVID-19 lanzadas por varios gobiernos, casi a modo premonitorio.
No se permitieron grabaciones de video y audio, sino que después del evento, se seleccionaron videos y audio de alta calidad para su difusión en medios seleccionados, normalmente prensa especializada dirigida a público determinado.
Entre los participantes estuvieron Ryan Morhard, asesor en materia de salud y economía del Foro Económico Mundial; Chris Elias, presidente de la División de Desarrollo Global de la Fundación Bill y Melinda Gates; Tim Evans, ex director de salud del Banco Mundial; Avril Haines, ex subdirector de la CIA, Sofía Borges, en representación de Naciones Unidas; Stanley Bergman, presidente de la Junta y CEO de Henry Schein (un distribuidor mundial de suministros médicos y dentales, incluidas vacunas, productos farmacéuticos, servicios financieros y equipos); Paul Stoffels, Director Científico de Johnson & Johnson; Matthew Harrington, Director de Operaciones Global de Edelman (una de las firmas de consultoría de marketing y relaciones públicas más grandes del mundo); Martin Knuchel, Jefe de Gestión de Crisis, Emergencias y Continuidad de Negocios de Lufthansa; Eduardo Martínez, presidente de la Fundación UPS; Hasti Taghi, Vicepresidente y Asesor Ejecutivo de la cadena norteamericana NBC o Lavan Thiru, Representante Jefe de la Autoridad Monetaria de Singapur.
Ellos tuvieron la función de liderar una respuesta política dentro de un escenario de un brote ficticio.
El propósito principal de la simulación fue ilustrar el debilitamiento de las alianzas internacionales y la debilidad gubernamental en la gestión de estas crisis, para así promover y aumentar las asociaciones público-privadas.
Si bien los participantes reconocieron al sector público como la primera línea de defensa contra las pandemias, destacaron su liderazgo compartido con el sector privado.
“En los últimos años, el mundo ha visto un número creciente de eventos epidémicos. Estos eventos están aumentando y son perjudiciales para la salud, las economías y la sociedad", argumenta la web del Evento 201.
“Los expertos coinciden en que es solo cuestión de tiempo de que una de estas epidemias adquieran un carácter global”, hasta llegar a ser “una pandemia con consecuencias potencialmente catastróficas”, agrega el sitio oficial.
Por su parte, Eric Toner, del Centro de Seguridad de la Salud de Johns Hopkins, dijo que el Evento 201 tuvo como base epidemias reales de años anteriores.
“Solo hace falta recordar situaciones de hace menos de 20 años, como las del SRAS de 2003 o la gripe aviar H5N1 de 2005, o la pandemia de gripe A H1N1 de 2009, para darse cuenta del potencial que tienen para provocar una catástrofe global", explicó.
"Durante el Evento 201, al igual que en estos casos reales, los principales desafíos fueron resolver aspectos económicos, a la vez que se garantizaba que los servicios de salud, y la [entrega] de antivirales estuvieran disponibles y fueran accesibles a aquellos que los necesitaban”, agregó.
El Evento 201 indicó entonces que una eventual pandemia causaría gran cantidad de muertes y también podría desencadenar importantes consecuencias económicas y sociales.
Treinta días después del ejercicio de simulación del 18 de octubre de 2019, el 17 de noviembre de 2019, habría aparecido el primer caso documentado del COVID-19.
«El primer caso de alguien que sufría de Covid-19 se remonta al 17 de noviembre, según informes de los medios de comunicación sobre datos no publicados del gobierno chino«, publicó The Guardian.
El 11 de marzo de 2020 el COVID-19 fue declarado pandemia por la OMS, que tiene entre sus principales financistas a la Fundación Gates, patrocinadora de este evento.
La pandemia ficticia que empezó en Brasil
El evento 201 simuló un brote de un nuevo coronavirus zoonótico transmitido de murciélagos a cerdos y de cerdos a personas. Este sería de fácil contagio entre humanos, por lo que desencadenaría una severa pandemia.
Esta enfermedad ficticia empezó en granjas porcinas de Brasil.
Tuvo un inicio lento y silencioso hasta que aceleró su propagación en centros médicos.
Luego se extendió a los barrios de bajos recursos y que se encuentran densamente poblados, hasta llegar a las grandes ciudades de América del Sur.
Por transporte aéreo llegó a Portugal, Estados Unidos y China, para luego extenderse de forma continental.
La situación de esta pandemia ficticia se volvió incontrolable.
“No hay posibilidad de que haya una vacuna disponible en el primer año.
Existe un medicamento antiviral ficticio que puede ayudar a los enfermos pero no limitar significativamente la propagación de la enfermedad”, menciona la web.
Durante los primeros meses de esta pandemia ficticia, el número de casos se desborda, duplicándose cada semana.
Mientras incrementan los enfermos y los fallecidos, las consecuencias económicas y sociales se vuelven cada vez más desastrosas.
El trágico escenario acaba a los 18 meses, ocasionando un total de 65 millones de muertes.
El evento 201 tuvo la finalidad de realizar una serie de recomendaciones a los gobiernos, empresas e industrias de todo el mundo para tener una respuesta oportuna a una eventual pandemia.
Tuvo una duración de 3 horas y media donde realizaron una serie de debates.
Actualmente la pandemia del coronavirus mantiene a diversos países del mundo en confinamiento y sufriendo las consecuencias económicas de la paralización de sus actividades.

Un informe desclasificado de la Fundación Rockefeller pronosticó la pandemia mundial del coronavirus

Pandemias mundiales que matan a millones de personas, cuarentenas obligatorias, confinamiento de las poblaciones, puestos de control de la policía y al ejército, tarjetas de identificación biométrica, y un mundo controlado por los gobiernos de arriba hacia abajo, con prácticas absolutamente dictatoriales…
No, no me estoy refiriendo al mundo actual, que reúne ya prácticamente todas estas características, implementadas con la excusa de la pandemia del coronavirus, ya que ese mundo casi apocalíptico devastado por tantas lacras y horrores es un escenario para el futuro del planeta que diseñó en el año 2010 la Fundación Rockefeller, descrito en su estudio «Escenarios para el Futuro de la Tecnología y el Desarrollo Internacional», desarrollado en colaboración con la Global Business Network ―Global, ¡cómo no!―, empresa especializada en la planificación de escenarios y aprendizajes experimentales.
Esta proyección para el futuro ―entre los años 2010 y 20130― constaba de cuatro escenarios, uno de los cuales es el que se conocía bajo el nombre de Lock Step ―que puede traducirse como «Fase de bloqueo», «cerradura»… «cuarentena», vamos―, en el cual se describe una pandemia exactamente igual a la actual, que provoca una deriva desde las seudodemocracias actuales hacia estados totalitarios, basados en un agobiante control policial sobre las ideas, los movimientos de las personas, la economía y otros ámbitos de la sociedad, donde unos ciudadanos esclavizados sufren un continuo retroceso en sus derechos y libertades.
El simulacro se basaba en el desencadenamiento en el año 2012 de una pandemia provocada por una cepa de influenza «extremadamente virulenta y mortal», del tipo H1N1, que se origina mediante unos gansos salvajes.
Esta pandemia pone de rodillas al mundo, infecta al 20 por ciento de la población mundial y mata a 8 millones de personas en solo siete meses, devastando la economía mundial.
La propagación rápida y la mortalidad de esta pandemia ―causada por un coronavirus, claro― provoca que los derechos individuales sean eliminados, por ser un obstáculo para la supervivencia, mientras los gobiernos imponen medidas autoritarias para responder a la crisis.
Pues bien, esta proyección se cumplió finalmente la fecha indicada, mediante El «síndrome respiratorio agudo grave» (SARS) ―en inglés: Severe Acute Respiratory Syndrome―, una enfermedad respiratoria viral causada por un coronavirus, llamado SARS-CoV. La primera vez que se informó sobre el SRAS fue en Cantón (China), en noviembre de 2002.
A los pocos meses, la enfermedad se propagó en más de dos docenas de país en Norteamérica, Suramérica, Europa y Asia antes de que se pudiera contener el brote.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), un total de 8,098 personas en todo el mundo se enfermaron del SRAS durante el brote de 2003.
De esta cifra, 774 personas murieron. En los Estados Unidos, solo ocho personas fallecieron.
Como se ve por su escasa incidencia, la pandemia fracasó, ya que el virus SARS, a pesar de que su letalidad estaba en torno al 13%, no tenía mucha facilidad de contagio debido a sus características, pues, al infectar a una persona, le producía rápidamente un cuadro sintomático que obligaba al infectado a recluirse en su domicilio, con lo cual se reducía muchísimo su posibilidad de contagio.
Y, lo que son las cosas, el COVID-19 se ha fabricado a partir de una plantilla vírica del SARS: ¿casualidad? ¿O es que han vuelto a la carga, para rematar lo que no se pudo hacer en el 2012?
En el escenario apocalíptico descrito en el estudio de la Fundación Rockefeller, se hace un vivo elogio de cómo China logra controlar la pandemia, precisamente por la rápida adopción de medidas totalitarias, presentando esta política como modelo a seguir por las seudodemocracias occidentales:
«A algunos países les fue mejor, a China en particular.
La rápida imposición y aplicación de la cuarentena obligatoria por parte del gobierno chino para todos los ciudadanos, así como su cierre instantáneo y casi hermético de todas las fronteras, salvó millones de vidas, impidió la propagación del virus mucho antes que en otros países y permitió un una recuperación pospandémica más rápida».
Real como la vida misma.
Esta fascinación por la dictadura comunista china es un tic habitual en las élites globalistas, a pesar de su ultraliberalismo.
David Rockefeller, en un artículo publicado en The New York Times el 1 de agosto de 1973, manifestaba: «Sea cual sea el precio de la Revolución China, es obvio que ésta ha triunfado, no sólo al producir una administración más eficiente y dedicada, sino también al promover una elevada moral y una comunidad de propósitos.
El experimento social en China, bajo el liderazgo del presidente Mao, es uno de los más importantes y exitosos de la historia humana».
Es decir, que el Nuevo Orden Mundial tendrá sin duda como modelo la dictadura china.
Ante el éxito de la estrategia china, las naciones imponen también cuarentenas, controles de la temperatura corporal y otras reglas y restricciones herméticas, políticas dictatoriales que, no hace falta decirlo, continúan en gran parte en el periodo posterior a la pandemia, con la excusa de «Protegerse de la propagación de problemas cada vez más globales, desde pandemias y terrorismo transnacional hasta crisis ambientales y aumento de la pobreza, los líderes de todo el mundo tomaron un control más firme sobre el poder».
Esta globalización hacia el totalitarismo se ve facilitada por el miedo inoculado machaconamente a una ciudadanía aterrada que entrega voluntariamente su soberanía y su intimidad a estados más autoritarios, en la creencia de que estos le proporcionarán mayor seguridad y estabilidad.
Básicamente, el documento «Lock Step» insinúa que se formará un nuevo mundo después de que se desencadene la hipotética pandemia, lo que facilitaría la institución de un mayor control de los estados sobre las poblaciones y un liderato más arbitrario.
Una herramienta básica para este control absoluto de las poblaciones será la identificación biométrica, y el uso de una tecnología invasiva, instrumento al servicio de estados policiales tecnocráticos, tecnología que tendrá su joya de la corona en el 5G ― que hará realidad la vigilancia total en tiempo real de todas las ciudades―, y en los chips implantados en el cuerpo, que operarán en conexión con el 5G.
El estudio de Rockefeller no es una advertencia contra la prevención de la clase de tiranía que aparece en este escenario desplegado, se trata de un anteproyecto de cómo los globalistas quieren explotar crisis globales ―como ataques de bioterrorismo y pandemias― con el fin de destruir completamente la sociedad y rehacerla en virtud de un Nuevo Orden Mundial a su imagen.
Pandemias, guerras, caos, crisis… Esto es lo que quieren los globalistas, para así tener pretextos para implantar una sociedad dictatorial gobernada por la élite desde sus torres de marfil, mientras los ciudadanos son reducidos a palurdos pobres y revoltosos dependientes, controlados con una tecnología sofisticada del Gran Hermano, demasiado preocupados por su próxima comida, como para tener tiempo de derrocar a sus nuevos gobernantes.
Y, ¡oh, sorpresa!: los únicos capaces de prosperar en este entorno son la élite global y los mega-ricos.
Este estudio no es una obra de ficción distópica, y no se ha escrito con el objetivo de entretener: es muy serio, y los que participan en su financiación y publicación no están jugando, pues este escenario es el que la Fundación Rockefeller y la élite del Global Business Network contemplan ver desarrollándose en el Nuevo Orden Mundial.
Este estudio
Por otra parte, los objetivos señalados en el informe no están desarrollándose simplemente de forma natural, son implementados y provocados activamente.
El colapso económico y el control social autoritario se fomentan enfrente de nuestros ojos por diseño, mediante una ingeniería social que desarrolla la agenda globalita de la élite.
Como el informe señala en su introducción, los escenarios reseñados «nos permiten imaginar, y luego ensayar diferentes estrategias de cómo estar más preparados para el futuro… o, más ambicioso aún, la forma de ayudar a moldear el futuro nosotros mismos».

En un mundo donde no cae una hoja al suelo sin que lo dictamine la mafia luciferina que maneja el cotarro en este Planeta, es absurdo pensar que los acontecimientos catastróficos que afectan a la humanidad en su conjunto no están diseñados y planificados por la élite psico y sociopática obsesionada por el globalismo y el Gobierno Mundial.
Partiendo de esta certeza, desde el primer momento supe que el virus no se había escapado de ninguna sopa de murciélago, certeza que empezó a alimentar mis dudas, las cuales acabaron por conformar una constelación de interrogantes e incertidumbres que había que investigar, al margen, por supuesto, de los canales mediáticos del sistema, que vierten a espuertas su espuria propaganda, haciéndola pasar por información.
El conjunto de estas preguntas conforman una especie de rompecabezas, donde cada interrogante es una pieza que hay que encajar con las demás, una a una, poco a poco, hasta conseguir ver el dibujo final, la imagen definitiva, que nos da la visión acabada del propósito de la trama escondida en esta pandemia, es decir, de qué es lo que pretenden conseguir con ella quienes la diseñaron y ejecutaron.
La estrategia para desarrollar una investigación de este nivel parte de una premisa inicial muy sencilla, pero sumamente eficaz: esta pandemia, ¿a quién beneficia?: ¿Qui prodest?
Sin embargo, no es del todo punto exacto afirmar que el dibujo final de este rompecabezas está oculto, escondido bajo siete llaves y bajo incontables velos de misterio, en mazmorras carbonarias…
No, ni mucho menos, ya que la casta luciferina que marionetea el mundo no tiene ya ningún reparo y ningún tapujo en declarar abiertamente sus malvados propósitos, en la confianza absoluta de que las masas de borregomatrix que han lobotomizado durante tanto tiempo no van a entender nada ni de lo que digan ni de lo que hagan los prebostes que dirigen sus vidas hacia el despeñadero.
Oigamos, por ejemplo, al jefe supremo del NOM, al ultramegaconspirador David Rockefeller, fallecido hace poco, que decía estas palabras memorables en una cena con embajadores la ONU ―creada bajo su auspicio, hasta el punto de que incluso cedió en la Gran Manzana el solar para que levantaran allí el edificio que la alberga―:
«Estamos al borde de una transformación global: todo lo que necesitamos es una gran crisis y las naciones aceptarán el Nuevo Orden Mundial». ¿Gran crisis?: voilá, aquí la tenemos ya.
El primer interrogante que debemos hacernos es si el coronavirus es natural, o ha sido manipulado en un laboratorio.
En otras entregas intentaremos responder a otras preguntas: ¿Se originó el virus en China, o en EE.UU? ¿Por qué apareció la pandemia en China? ¿Cuál es el objetivo real de la pandemia?, etc.
Virus los ha habido siempre, pero con el avance de la medicina ―en especial las vacunas―, su poder mortífero estaba en franca decadencia, como sucede con la viruela y el sarampión, dos pandemias de amplia raigambre histórica que han diezmado con frecuencia a la población mundial, junto con el cólera, el tifus...
Pero, como ya no queda prácticamente ninguno de esos virus «históricos», asistimos al sospechoso fenómeno de la aparición en tiempos recientes de un conjunto de epidemias causadas por extraños virus que surgen de la nada, y arrasan con todo lo que pueden antes de desaparecer o quedar latentes: vacas locas, grite aviar, gripe porcina, SIDA, SARS, MERS, Ébola, Zika,... y ahora asistimos al dantesco espectáculo del coronavirus.
En un mundo altamente tecnificado, donde existen laboratorios de biotecnología capaces de crear microorganismos en sus siniestras retortas para usarlos como armas bacteriológicas y virológicas, y donde el mal que infecta a las élites satánicas que controlan el mundo es absolutamente pasmoso ―derivado de su odio atávico a la especie humana―, no hay que caer en la conspiranoia para sospechar que esa nueva generación de virus puede haber sido creada a propósito para conseguir oscuros fines, que, por supuesto, van encaminados a la facilitación del Nuevo Orden Mundial.
Y no es que esto sea una mera sospecha o posibilidad, ya que es un hecho plenamente demostrado y documentado que todos los virus que antes hemos mencionado tienen su patente respectiva, lo cual quiere decir que han sido fabricados.
Otro factor importante a tener en cuenta es que los prebostes de las empresas multinacionales en el campo de la farmacéutica, del material sanitario, y de las dedicadas a la biotecnología forman parte de esta casta luciferina correveidile de Lucifer.
De los siete coronavirus conocidos que pueden infectar al ser humano, solamente tres han causado brotes epidémicos de cierta relevancia: el SARS-CoV (2002-2003), el MERS-CoV (2012-actualidad) y ahora el SARS-CoV-2 2019, que se desconoce hasta cuándo estará presente.
En el año 1994, el Instituto Médico Howard Hughes ―con una dotación de 18,2 mil millones de dólares, es la segunda organización filantrópica más rica en los Estados Unidos y la segunda Fundación de Investigación Médica mejor dotada en el mundo, con la que colabora la Fundación Bill & Melinda Gates― publicó un exhaustivo estudio científico titulado «Coronavirus: cómo se replica y transcribe un genoma viral de ARN», donde se desarrollaba una hoja de ruta sobre la posibilidad de crear nuevos coronavirus.
A raíz de este trabajo, en 2003 surgió el coronavirus llamado SARS-CoV, y en 2013 hubo un nuevo brote vírico, provocado por el coronavirus MERS-CoV.
En diciembre del año 2015, la Biblioteca Nacional de Medicina de EE. UU, perteneciente a los Institutos Nacionales de Salud, publicó un documento científico bajo el título de «Un grupo similar al SARS de coronavirus de murciélago circulante muestra potencial para la emergencia humana», en el cual se reconoció públicamente por primera vez que se podía crear un nuevo coronavirus en un laboratorio, lo que generó muchas preguntas sobre los verdaderos orígenes del brote de pandemia del COVID-19.
En efecto, en el año 2013 se creó un virus quimérico, consistente en un virus del SARS al que se le injertó el gen de la proteína de la corona del coronavirus de murciélagos.
Este coronavirus quimera, al que bautizaron RsSHC014-CoV, lo usaron para infectar ratones que, luego, murieron de una enfermedad respiratoria severa que acababa con sus pulmones.
Después, como parte del mismo experimento, tomaron ese virus y con él infectaron células pulmonares humanas.
Los científicos pudieron observar cómo este coronavirus las destruía.
Las investigaciones más recientes ha mostrado que el COVID-19 se diseñó a partir del virus del SARS, modificándolo con una técnica de inserciones de aminoácidos en su genoma que podríamos calificar de verdaderos injertos, entre los cuales destaca una secuencia de aminoácidos presente también en el virus del sida (VIH), razón por la cual el pandemia actual se están utilizando con eficacia los medicamentos contra el SIDA para combatirla.
Para decirlo de otra manera, al virus del SARS se le quitaron cuatro de esas «púas» que forman su corona ―formadas por proteínas de espiga― para injertarle cuatro púas del virus del SIDA.
Estas «púas» o «espinas» se unen a la proteína ACE2, presente en la membrana de un grupo de células humanas, presentes especialmente en el aparato respiratorio, actuando de igual modo que si fuera una llave abriendo una cerradura, y luego, una vez dentro, replican su material genético, creando copias que destruyen la célula y después infectan otras.
El gran problema que presenta este virus es que solamente se acopla a la célula mediante este receptor, por lo cual su acción es más lenta, y esto provoca que la persona infectada tarde más tiempo en mostrar los síntomas, por lo cual puede contagiar a muchas personas sin saberlo en el trascurso de su actividad cotidiana, al no saber que está contagiado.
Sin embargo, otros coronavirus se acoplan a la vez a distintos receptores celulares humanos, con lo cual los síntomas se manifiestan rápidamente, hecho que llevaba persona infectada a aislarse, evitando así contagiar a otras.
Es por ello que provocan más mortalidad que el coronavirus actual, ya que el SARS tiene una letalidad del 2%, mientras que la del COVID-19 en circunstancias normales es del 2%, a pesar de que la enfermedad que provocan es bastante similar.
Aquí radica la gravedad de la pandemia, ya que, al aumentar el número de contagiados en el COVID-19, se colapsan los servicios sanitarios, fomentando sigue la alarma social.
El investigador estadounidense experto en armas biológicas Francis Paul asegura que este coronavirus es un subconjunto de los virus llamados “agentes biológicos” que su ADN —ácido desoxirribonucleico que contiene las instrucciones genéticas usadas en el desarrollo y funcionamiento de todos los organismos vivos— es manipulado en los laboratorios científicos para mutar su estructura nociva en una más agresiva para los seres vivos y destinarlo así a actividades de guerras biológicas.
Entre los virus que se engendran mediante manipulación humana, este experto señala que el síndrome respiratorio agudo grave (SARS, por sus siglas en inglés) surgido en 2002 también en China y el síndrome respiratorio del Medio Oriente (MERS, por sus siglas en inglés) aparecido en 2012 en Arabia Saudí al igual que el carbunco, más conocido como ántrax, todos se han producido en laboratorios de la Universidad de Carolina del Norte ―el llamado Chapel Hill―.
En tal sentido, Paul sostiene que los experimentos e investigaciones sobre estos virus o armas biológicas se llevan a cabo en laboratorios llamados «niveles biológicos de salud» y en particular se desarrollan en los de Nivel 4.
Cabe destacar que Estados Unidos cuenta con 12 laboratorios de este Nivel 4 en toda su red de laboratorios de este tipo.
Hay incluso científicos que postulan que las alteraciones del virus del SARS para mutarse en el COVID-19 pudieron hacerse a través de las radiaciones electromagnéticas del 5G.
En este sentido, el Doctor Dietrich Kilnghardt, especialista en trastornos autoinmunes en lo que se refiere a los campos electromagnéticos, descubrió que la tasa de mortalidad más alta en estados unidos encuentra en la zona de Kirkland (Washington), dándose el hecho de que Kirkland es una de las cinco ciudades en el país que ya han sido cableadas para el 5G, y que el hospital Evergreenhealth ―donde se ha producido el mayor número de defunciones― es el único del país conectado a la red 5G: de diez pacientes diagnosticados con el virus, 6 fallecieron (60% de mortalidad).
Según Renee Parsons, de Global Research, «Si hemos aprendido algo desde 1963, es cuestionar todo lo que nos dice el Big Government, Big Media y Big Money, ya que siempre hay más que la historia “oficial”.
Con demasiadas incógnitas aún por responder, no hay duda de que un bio-bicho de orígenes inciertos, quizás orientado electromagnéticamente 5G, está suelto dentro de la atmósfera de la Tierra».
El más firme defensor de la teoría de que la progresiva implantación del 5G está originando la pandemia es Thomas Cowan ―vicepresidente de la Asociación de Médicos para Medicina Antroposófica― quien, en el transcurso de una conferencia que dictó el pasado 3 de marzo afirmaba que «Cada pandemia de los últimos 150 años coincide con un salto cuántico en la electrificación de la Tierra», exponiendo las pandemias producidas por la introducción de las bandas de radio, de los radares, y de los satélites.
Y, ¿cuál fue la primera ciudad del mundo en implementar el 5G?: pues Wuhan. También opera en Milán, la ciudad italiana más afectada por la pandemia: ¿Casualidad?
¿Y si hubiese alguna explicación más allá del discurso oficial respecto a todo lo que está sucediendo en el mundo con esta pandemia?
Un virus que está enfermando gravemente a miles de personas, llegando a ser letal para una gran parte de la población, tanto para aquellos con enfermedades previas o sistemas inmunológicos debilitados, como para personas sanas sin ningún tipo de antecedente ni patología.
Es un arma de destrucción masiva capaz de descontrolarse aún más si no somos capaces de ponerle freno.
Muchos creen que existe una aclaración sobre la procedencia real del Covid-19, que entran en el terreno de la ingeniería biológica y van muchos más allá de la explicacion confusa sobre el origen de un virus que ha procedido a su expansión mundial a velocidades realmente sin precedentes.
LA RAI LO PREDIJO EN 2015
En 2015, en la televisión pública italiana, la RAI, durante un programa científico, se afirmaba que los chinos estaban creando una cepa más agresiva del virus de la neumonía, modificando el virus del SARS (Síndrome Respiratorio Agudo Grave) en ratones y murciélagos.
Un supervirus pulmonar creado con fines de investigación en laboratorio, donde los científicos chinos extrajeron una proteína derivada de los murciélagos y la inyectaron en el virus del SARS para, así, provocar una pulmonía aguda en ratones.
Un organismo modificado, alterado y creado artificialmente, capaz de ser transmitido al ser humano y atacar nuestras células respiratorias.
Estados Unidos se vio inmerso en este asunto, financiando el experimento, cosa que dejó de hacer en cuanto conocieron los elevados riesgos que suponía una investigación de tal medida.
Aun así, China no cesó y continuó a pesar de estar en una fase avanzada y considerada ya potencialmente peligrosa.
Para gran parte de los científicos no lo era, y la probabilidad de transmisión a la especie humana era irrelevante frente a los beneficios que se podrían obtener con la investigación, un planteamiento que otros especialistas negaban, pues veían imprudente semejante manipulación que podría liberarse en cualquier momento y desatar el caos en todo el mundo.
Una noticia que explicaría el origen, la cara B de esta pandemia y la procedencia de un virus totalmente desconocido para nosotros, y para el que todavía en la actualidad no hay vacuna.
La cuestión es, ¿se ha escapado de manera accidental o ha sido propagado a propósito para eliminar a buena parte de la población mundial más envejecida o con algún otro maquiavélico fin de índole económica entre superpotencias?
Una hipotética pregunta, sin respuesta, en una guerra biológica cuyo enemigo es invisible al ojo humano y que afecta a todos por igual. No hay peor batalla que en aquella en la que no sabes a quién te enfrentas.
¡Hace un mes! Fernando Simón: 'España tendrá, como mucho, algún caso aislado de Coronavirus'
NEWTRAL LO DESMIENTE
Sin embargo, y a pesar de la escalofriante exactitud del vídeo, la productora Newtral, de Ana Pastor, ha desmentido la información, afirmando, citando fuentes de la comunidad científica, que el SARS-CoV-2 tiene un origen natural y no hay evidencias de que fuese creado en un laboratorio.
También dicen que el coronavirus citado en el vídeo no tiene nada que ver con el actual.
Si cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia, desde luego, este vídeo de la RAI de 2015 parece hecho con precisión de cirujano. Juzguen ustedes mismos.
Si alguien se lo inventó, lo clavaron. Pone los pelos de punta.

El investigador, que anteriormente ya se ha enfrentado a sus colegas de la comunidad científica, vuelve a encender la polémica al asegurar que el virus SARS-CoV-2 surgió por accidente mientras se investigaba una vacuna contra el virus del sida.
La teoría del profesor francés Luc Montagnier, codescubridor del virus del sida (VIH), según la cual el nuevo coronavirus sería fruto de un accidente de laboratorio, ha sido vivamente contestada este viernes por la comunidad científica.
Según el premio Nobel de Medicina, habituado a las polémicas y ya muy controvertido en el mundo científico, el virus SARS-CoV-2 sería fruto de un intento de fabricar una vacuna contra el virus del sida.
Como pruebas él cita la presencia de elementos del VIH en el genoma del nuevo virus e incluso de elementos del "virus de la malaria", según argumenta en una entrevista en las webs frequencemedicale y pourquoidocteur.
Según Montagnier, que también ha realizado sus polémicas declaraciones en la cadena CNews, las características del nuevo coronavirus no pueden haber surgido de manera natural.
El científico añade que el accidente se habría producido en el laboratorio de alta seguridad de Wuhan (China), la 'zona cero' de la pandemia.
La teoría según la cual el Covid-19 nació de las manipulaciones genéticas circula desde hace tiempo y ha sido desmentida por los análisis del genoma realizados por científicos e investigadores de todo el mundo, que han podido aislar y analizar ellos mismos el virus a partir de muestras provenientes de pacientes de sus propios países.
Sin embargo Montagnier es un científico de mucho prestigio internacional: en 2008 recibió junto a su colega, Françoise Barré-Sinoussi, el premio Nobel de Medicina por la identificación del virus responsable del sida (VIH).

Una investigación de Fox News afirma que el origen de la pandemia fue un trabajador de la instalación y no un murciélago.
El diario norteamericano acusa al Gobierno chino de manipular datos y destruir pruebas para ocultar la verdad.
Después de varios días de filtraciones a cuentagotas y medias verdades surgidas del entorno de la Casa Blanca, una investigación del Fox News confirma que el paciente cero del coronavirus era un trabajador del famoso laboratorio de virología de la ciudad china de Wuhan.
Una información que confirma los peores presagios y lo cambia absolutamente todo. El Covid-19 lo creó el hombre.
El Nobel que descubrió el VIH lanza la bomba: 'El Covid-19 se escapó de un laboratorio de Wuhan'.
En línea con lo insinuado por los servicios secretos de EE UU, la información de Fox News asegura que el Covid-19 se originó en el laboratorio del Instituto de Virología de Wuhan (WIV), que desarrollaba un programa de investigación viral chino.
Por tanto, el origen no estaría en un murciélago comido en un “mercado húmedo” de animales de esa ciudad.
“El paciente cero” trabajaba en el laboratorio, se contagió en los ensayos y luego lo transmitió a la población de Wuhan, donde comenzó el brote, según el trabajo periodístico, firmado por Bret Baier.
Este periodista, que ha tenido acceso a “múltiples fuentes" conocedoras de los detalles de las primeras acciones del Gobierno de Pekín ante la enfermedad, en el mercado “húmedo” de Wuhan -inicialmente identificado como el probable punto de origen del coronavirus- nunca se vendieron murciélagos, y señalarlo como origen fue un esfuerzo del régimen chino para quitar la responsabilidad de la pandemia al laboratorio.
El programa de investigación chino sobre distintos tipos de virus es parte de un esfuerzo del régimen comunista por demostrar que su capacidad para identificar y combatir estos agentes patógenos es igual o mayor que la de Estados Unidos, según confirmaron varias fuentes al periodista.
Según la investigación, después las autoridades de Pekín siguieron suprimiendo y modificando datos, destruyó muestras, borró informes preliminares, censuró artículos académicos y desinfectó áreas contaminadas para ocultar evidencia de la transmisión accidental del virus.
Los médicos y periodistas que advirtieron sobre la propagación del virus y su naturaleza contagiosa y transmisión de persona a persona “desaparecieron”.
EL “ENCUBRIMIENTO” MÁS GRANDE DE LA HISTORIA DE LA HUMANIDAD
Aunque el Gobierno chino cerró rápidamente los viajes nacionales desde Wuhan al resto del país, no interrumpió los vuelos internacionales desde esta ciudad, lo que permitió la expansión del virus a otros países, empezando por Estados Unidos.
Seis días después de que altos funcionarios chinos determinaran en secreto que probablemente se enfrentaban a un brote en Wuhan, las autoridades locales permitieron la celebración un banquete masivo para decenas de miles de personas y millones de ciudadanos comenzaron a viajar para las celebraciones del Año Nuevo Chino.
Para cuando el presidente Xi Jinping finalmente lanzó la alerta el 20 de enero, más de 3,000 personas ya habían sido infectadas.”Esto es tremendo”, declara Zuo-Feng Zhang, epidemiólogo de la Universidad de California en Los Ángeles.
“Si hubiesen tomado medidas seis días antes, habría habido muchos menos pacientes y las instalaciones médicas habrían sido suficientes.
Podríamos haber evitado el colapso del sistema médico de Wuhan". Este puede ser el “encubrimiento gubernamental más grande y costoso de todos los tiempos”, dijo una fuente a Fox News.
Una columna de opinión de “The Washington Post” firmada por Josh Rogin y publicada el pasado martes ya aseguraba que el Departamento de Estado de EE UU ya advirtió en 2018 en varios cables diplomáticos sobre las debilidades de seguridad y gestión en el laboratorio WIV de Wuhan.
También hubo rumores posteriores.
El “Post” añadía que los científicos coinciden en gran medida en que el virus proviene de animales, en lugar de ser sintetizado.
Pero citó a un experto que dijo que no descartaba que pudiera haber surgido del laboratorio WIV, que pasó años probando coronavirus de murciélago en animales.